Diego Urdiales | Victorino Martín

TOREROS

DATOS DE
Diego Urdiales

Sobre los victorinos...
"Molinito" me abrió muchas puertas
Datos del Escalafón
Festejos 34
Reses 67
Toros 67
Novillos 0
Vueltas Ruedo 7
Orejas 21
Rabos 1
Puertas Grande 4
Nacimiento
sin datos
Residencia
sin datos
Debut
sin datos
Alternativa
sin datos
Padrino
sin datos
Testigo
sin datos
Confirmación
sin datos
Testigo 1
sin datos
Testigo 2
sin datos

El 21 de septiembre de 2009 un toro, Molinito, cambió el rumbo de su carrera en la plaza de toros de Logroño. Aquella tarde Diego Urdiales no solo recogió las dos orejas y el rabo simbólicos de un animal que hoy siembra de bravura la ganadería de Victorino Martín, también recibió la recompensa a los años de esfuerzo, superación y paciencia a la espera de una oportunidad. Hoy su nombre es, por derecho propio, habitual en las grandes ferias en las que, con frecuencia, acompaña al de la divisa de Victorino Martín.

¿Qué tiene el toro de Victorino que lo hace diferente de los demás?
El toro de Victorino se diferencia de los demás en que tiene una personalidad muy definida. Es un toro muy exigente, que embiste de manera muy especial. Su movimiento es diferente y su entrega, manera de humillar y temple también lo son. Es un toro que se mueve mucho sobre las manos. La mayoría de los toros utilizan también los cuartos traseros y, sin embargo, el toro de Victorino basa su movimiento en las manos por lo que el giro es mucho más rápido y ligero. 


Vuelta a ruedo en Bilbao, 2011 

¿Exige una mentalización especial a los toreros?
Es una ganadería especial, pero con tiempo y oficio se pueden ir descifrando los secretos que encierra la embestida de sus toros. Siempre que me veo anunciado con toros de Victorino Martín lo que hago es mentalizarme pensando que es un toro que puede embestir como el mejor.
 

¿Cuál es su principal virtud?
La emoción que transmite su embestida. El aficionado siente una emoción especial al ver un toro de Victorino en la plaza y eso con otras ganaderías no ocurre. Por ello existe ya una predisposición en el público a dar importancia a todo lo que el torero haga delante de un Victorino. Eso y que, cuando el toro de Victorino es bueno embiste con una entrega, largura y manera de humillar inigualable.
 

¿Qué es lo más complicado a la hora de torear un toro de Victorino?
Lo más difícil es ligar los muletazos, debido a la velocidad de su embestida, superior a la de la mayoría de los toros del resto de ganaderías.Otra dificultad es que, tanto con el capote, como con la muleta, el toro de Victorino se queda muy debajo de los vuelos de los engaños. Por ello hay que procurar darle terreno para no verse apretado. Con el capote, por ejemplo, hay que ganarle terreno constantemente hacia las afueras y, una vez finalizado el lance, ser capaz de aguantar para iniciar el siguiente lance o muletazo.
 

A la hora de matar, ¿influye todo lo anterior?
También es un toro especial, en este caso porque requiere de toques muy suaves. Es un animal que acusa mucho el toque violento y por ello, la mano izquierda y la suavidad del toque con la muleta a la hora de entrar a matar, son fundamentales.
 

¿Catalogarías a la ganadería de Victorino dentro de las divisas denominadas ‘duras’?
Lo cierto es que no creo en las ganaderías ‘duras’ ni en las ‘blandas’. Creo, por encima de todo, en el toro bravo. Para mí el toro puede ser bueno o malo, independientemente del hierro al que pertenezcan. La de Victorino, para mí, es una ganadería diferente, con toros capaces de embestir con una largura y una profundidad extraordinaria.
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 Molinito, indultado en Logroño por el torero riojano

En tu carrera, ¿Se puede hablar de un antes y un después de la tarde del 21 de septiembre de 2007 en Logroño?
Sí, por supuesto. Los años anteriores a esa fecha toree muy poco, por no decir nada. Esa era la tercera vez que me vestía de luces en aquella temporada y, afortunadamente, saltó al ruedo Molinito, un Victorino que nunca olvidaré y que fue indultado. Me concedieron los máximos trofeos simbólicos y aquello me sirvió para entrar en Madrid al año siguiente y comenzar una racha de triunfos que relanzaron de nuevo mi carrera. Molinito me abrió muchas puertas.

Óscar Aranda

Fotografía: Alberto Simón 

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