Gran repercusión en los medios del indulto de Muroalto
domingo,
21
agosto
2005
Enorme repercusión del juego ofrecido por la corrida de Victorino ayer en San Sebastián, en la que Juan José Padilla indultó al toro Muroalto, lidiado en segundo lugar y del que obtuvo los máximos trofeos simbólicos. Cuatro de los cinco restantes toros del encierro fueron ovacionados en el arrastre y Victorino y el mayoral acompañaron a Padilla en una clamorosa salida a hombros.
La información del festejo, del que informó TVE en la segunda edición del Telediario, refleja claramente el gran espectáculo vivido en San Sebastián.
Hay una cierta confusión en los medios respecto al nombre del toro ya que en algunos se le llama Murallón y en otors Muroalto. La realidad es que el toro en nieto de la vaca Murallona e hijo de la vaca Muroalto por lo que su nombre es Muroalto, pese a que en el programa de mano se le adjudicara el nombre de su abuela.
Vicente Zabala, en ABC, titula: Histórico indulto de un victorino de ensueño y, recordando el indulto de Velador en Madrid, dice: veintitrés años después los triunfos se han acumulado en su palmarés y lo han encumbrado como el mejor criador de toros bravos de la historia. Casi un cuarto de siglo ha pasado y ayer Victorino Martín volvía a ser izado a hombros, como clamoroso salvador de la Semana Grande donostiarra ahora.
José Manuel Perujo titula en El Mundo: indultado Murallón, un gran victorino. Comienza su crónica: La extraordinaria y memorable tarde vivida ayer en el coso donostiarra de Illumbe nos invita emocional y profesionalmente a dar cuenta de ella toro a toro para que quede en los anales de la plaza y de la historia del toreo.
Tomás Blanco titula en El País Victorino se cubre de gloria. En la crónica, señala que Mrallón no tuvo una brillante pelea en varas, pero su casta, su nobleza infinita le hicieron merecedor, por aclamación absoluta, del indulto. El toro de todas las ferias, el colaborador con el que sueñan los artistas. Esos que hacen el avión por ambos pitones y se colocan a la salida de cada suerte. Presentado, encastado y de Victorino, como certificado de ley.
Carlos Ruiz Villasuso escribe en su crónica de Mundotoro. Com: La tarde era la que necesitaba Illumbe. Mucho más que Padilla o Victorino. Justo al final la afición recobró la ilusión y recibió justa recompensa en una tarde que se embaló pronto. Ayudó a ello un toro enrazado con el carácter de esta ganadería y luego el segundo, toro de lomo recto, estrecho de sienes, nada aparatoso por delante. Un toro bravo de una calidad excepcional que embistió con una fijeza de diez, humillando muchísimo, despacio y muy largo. Y como todos los toros bravos, siempre a más, hacia adentro y hacia afuera, por un pitón y otro. Y algo haría Padilla para pasar a la historia. Algo, yo creo que mucho.
La información del festejo, del que informó TVE en la segunda edición del Telediario, refleja claramente el gran espectáculo vivido en San Sebastián.
Hay una cierta confusión en los medios respecto al nombre del toro ya que en algunos se le llama Murallón y en otors Muroalto. La realidad es que el toro en nieto de la vaca Murallona e hijo de la vaca Muroalto por lo que su nombre es Muroalto, pese a que en el programa de mano se le adjudicara el nombre de su abuela.
Vicente Zabala, en ABC, titula: Histórico indulto de un victorino de ensueño y, recordando el indulto de Velador en Madrid, dice: veintitrés años después los triunfos se han acumulado en su palmarés y lo han encumbrado como el mejor criador de toros bravos de la historia. Casi un cuarto de siglo ha pasado y ayer Victorino Martín volvía a ser izado a hombros, como clamoroso salvador de la Semana Grande donostiarra ahora.
José Manuel Perujo titula en El Mundo: indultado Murallón, un gran victorino. Comienza su crónica: La extraordinaria y memorable tarde vivida ayer en el coso donostiarra de Illumbe nos invita emocional y profesionalmente a dar cuenta de ella toro a toro para que quede en los anales de la plaza y de la historia del toreo.
Tomás Blanco titula en El País Victorino se cubre de gloria. En la crónica, señala que Mrallón no tuvo una brillante pelea en varas, pero su casta, su nobleza infinita le hicieron merecedor, por aclamación absoluta, del indulto. El toro de todas las ferias, el colaborador con el que sueñan los artistas. Esos que hacen el avión por ambos pitones y se colocan a la salida de cada suerte. Presentado, encastado y de Victorino, como certificado de ley.
Carlos Ruiz Villasuso escribe en su crónica de Mundotoro. Com: La tarde era la que necesitaba Illumbe. Mucho más que Padilla o Victorino. Justo al final la afición recobró la ilusión y recibió justa recompensa en una tarde que se embaló pronto. Ayudó a ello un toro enrazado con el carácter de esta ganadería y luego el segundo, toro de lomo recto, estrecho de sienes, nada aparatoso por delante. Un toro bravo de una calidad excepcional que embistió con una fijeza de diez, humillando muchísimo, despacio y muy largo. Y como todos los toros bravos, siempre a más, hacia adentro y hacia afuera, por un pitón y otro. Y algo haría Padilla para pasar a la historia. Algo, yo creo que mucho.
